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Cuando vamos a comprar un perfume rara vez pedimos el que nos gusta, pagamos y nos vamos. Casi siempre nos tentamos o nos tientan en la perfumería y comenzamos el raid de perfumes. Por lo tanto, después de 3 perfumes nuestra nariz queda saturada y es allí, cuando nos ofrecen una tacita con granos de café para poder restablecer el sentido del olfato y así, podamos continuar.

En la vida todo tiene su historia y el nombre del blog, también. 
Sucede que cuando yo iba a nacer, no había ecografías de ninguna dimensión, asi que mama tuvo tiempo para pensar, repensar, cambiar, elegir, comparar y decidirse por un nombre; que no es poco.  
Con el segundo nombre, no había problema, me llamaría Lucia.

Me encontraba cursando el cuarto año de la carrera de derecho cuando me ofrecieron hacer una visita al hospital neuropsiquiátrico Borda situado en el barrio de Barracas. Recuerdo que fue un impacto emocional enorme y esa noche no pude dormir pensando que lo peor que a una persona le podía pasar era perder su razón. Pasaron los años y para quienes no me conocen mi madre sufrió problemas de salud mental y les aseguro que no fueron años fáciles pero, aquí estamos. Por lo que el tema siempre me convoca.