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El Festival de los cerezos o Hanami

Cada región del mundo celebra anualmente varios festivales en honor a los dioses o la memoria histórica y colectiva. Sin embargo, si tenemos que elegir un rincón del mundo famoso por sus tradiciones, ese es el Lejano Oriente donde desde los cerezos hasta un diente extraviado de Buda son símbolos de celebración. 

Trataremos de conocer, de aprender, de comprender y quizás, de pensar en la posibilidad de asistir en vivo a cualquiera de estos festivales, un tanto lejos de nuestra frontera pero que valen la pena. 

Yo no he asistido a ninguno pero quien lo ha hecho, puede contar y compartir su experiencia.

Este festival tiene lugar celebra en Japón entre finales de marzo y principios de abril. Sin embargo, las fechas varían cada año, ya que se basa en el fenómeno natural de la llegada de la primavera.

La importancia de los sakura se remonta a siglos atrás, cuando la floración de estos árboles marcaba el inicio de la primavera y, por lo tanto, avisaba del momento idóneo para plantar el arroz, alimento crucial para los primeros habitantes de este país.

Durante este período, los cerezos eran vistos como seres sagrados y se creía que las almas de los dioses de la montaña anidaban dentro de ellos. 

Por ello, los agricultores veneraban a estos árboles y creían que, cuando las flores rosadas del sakura estaban en su máxima floración, era cuando los dioses bajaban a las villas y se convertían en arrozales para ayudar a la producción del arroz. La historia del hanami nació, por lo tanto, de una tradición religiosa.

Los japoneses, como buenos amantes de la belleza, celebran cada temporada la llegada de estas hermosas flores en una festividad conocida como hanami, que se traduce literalmente como “mirar a las flores”.

El hanami no es sólo pasear y maravillarse ante la belleza de los cerezos en flor, también es hacer un picnic con amigos, familiares o compañeros de trabajo o de escuela bajo los árboles en flor, así se disfruta de la primavera.

En Japón, los picnics bajo los cerezos en flor son fiestas muy animadas en las que suele haber mucha comida y también mucha bebida. De hecho, a veces la contemplación de los cerezos en flor no es más que la excusa para juntarse a comer y beber con los amigos.

En algunos parques, especialmente si son de gestión privada, no está permitido entrar con alcohol y suele haber carteles muy visibles sobre lo que se permite y no se permite hacer allí. 

Pero en otras zonas más abiertas, como por ejemplo márgenes de río o parques públicos, no hay problema, por lo que la cerveza y el sake suelen estar muy presentes en estos picnics.

Asi como comenzó siendo un momento venerado por los agricultores, también tuvo un gran simbolismo para los samuráis. Pero la relación entre los sakura (cerezos) y la cultura japonesa merecen un capítulo aparte, el florecimiento y la caída de pétalos representa lo efímero de la vida.

En mi opinión, las sociedades occidentales no tenemos registro de lo efímeros que somos y que del mismo modo, es la vida. En este momento me viene a mi recuerdo los versos de Jorge Manrique en “Coplas por la muerte de su padre”:

Recuerde el alma dormida,
avive el seso y despierte
contemplando
cómo se pasa la vida,
cómo se viene la muerte
tan callando;
cuán presto se va el placer;
cómo después de acordado
da dolor;
cómo a nuestro parecer
cualquiera tiempo pasado
fue mejor.

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